viernes, 25 de septiembre de 2009

"Segundo Aliento"


Tras un período de ejercicio continuo, nos vemos invadidos por una sensación de incomodidad que de inmediato asociamos con nuestra considerable falta de aliento y acompañamos con rictus de desazón y ansiedad, la sangre que pulsa con fuerza en el interior de la cabeza, nos vienen vahídos. Piernas y manos pesan más que nunca y los pasos se vuelven dificultosos. Llegan a nuestra mente infinitas argumentaciones para abandonar el esfuerzo y en la superficie de nuestro cuerpo se forma una capa de sudor frío.
La respiración es rápida y comparativamente poco profunda, al pulso también lo percibimos acelerado e irregular.
Duelen los músculos y cobra vigor una sensación de tener todo el pecho constreñido.
Al instalarse "El Segundo Aliento", que es ante todo el alivio dramático de una perturbación respiratoria donde la sensación de incomodidad y falta de aire desaparece a veces en forma instántanea. También se esfuma la ansiedad, la cabeza se nos despeja y los músculos vuelven a reaccionar con vigor renovado; respiramos con más facilidad y reducimos el volumen de cuanto inhalamos.
De igual manera cambia nuestra actividad cardiaca: su latir se lentifica y regulariza.
A partir de ahí cualquier esfuerzo se logra con relativa facilidad.
"El Segundo Aliento" suele realizarse durante el desarrollo de ejercicios particularmente fuertes, pero sobre todo prolongados. Este ejemplo de "Segundo Aliento" lo podemos aplicar a cada uno de nosotros cuando por ejemplo: empezamos una tarea motivados y luego de un tiempo de se nos vuelve cuesta arriba y tenemos que tener un "Segundo Aliento" "motivación" para poder llegar a fin con la tarea que desempeñamos.

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